miércoles, 20 de mayo de 2009

Una mañana.
Despertar y tenerte al lado, con tus ojos clavados en mis labios y tus manos reposando tranquilas sobre mi piel.
Un rayo de sol indiscreto bañando en púrpura todo lo que hace apenas unas horas se sumía en esa oscuridad traviesa y juguetona bajo la que tantos besos escondimos.
Graznidos de pajaritos celosos, empapados por el rocío mañanero, osando interpretar piezas para nosotros.
¿Qué banda sonora quieren ponernos? Prefiero la del silencio inquieto de tus intensas miradas, acallado por los mil besos que te regalo. Me gusta más la de tu risa infantil cuando te niegas a hacer el desayuno. O incluso la de las pisadas, a tientas, recogiendo tu ropa cuando quieres concederme unos minutos más de sueño...
Tú. Mi historia. Mis tropiezos, caídas, lloros... Mi risa y mi sonrisa. Cocacola... Almohada! Oh, sí, almohada...
Tú.

Y mientras me miras, algo distrae mi atención. Es ese reloj que tanto asusta y angustia.
Tu capacidad de reacción es innata. De pronto, te levantas, coges la desagradecida circunferencia con manecillas y, con un ligero movimiento de manos, ésta deja de funcionar.
Vuelves junto a mi. Aunque este inciso haya hecho que te alejaras, durante ese instante, podía sentir cómo seguías mirandome, aún sin verme. Cómo cada célula de tu cuerpo estaba completamente atenta a mi.

-Gracias.-Susurro.
-No tienes que darlas. No dejaré que el tiempo pase sin aprovechar cada segundo junto a ti. Son las ocho. Y creo que las cuatro estaciones pueden pasar por aquí, irse, volver y quedarse el tiempo que quieran. Aún así, este instante es para siempre.
-¿Hasta cuando es para siempre, para ti?- sonrío.
-No lo sé.-contesta, serio.- De momento, tenemos todo el día y quiero aprenderme hasta la alineación de tus lunares.- me besa.
-¿Es que no te la sabes ya?- pregunto, fingiendo indignación y sosteniendo sus manos inquietas.
-Nunca viene mal un repaso general. Geografía nunca se me ha dado bien.
-Claro, tu siempre preferiste anatomía...
-No. Ya sabes que yo me licencié en la facultad de tu sonrisa, ya que estoy especializado en quererte...




Que las manecillas de mi reloj desaparezcan cuando esté contigo.


Que no pasen las horas, que nos pille la lluvia cantando a las farolas...Que nos llueven las olas, que yo duerma contigo, que tú no duermes sola... (8)

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