Nunca digas nunca.

Eres un rompe-esquemas!
Que si no iba a depender de nadie en mi vida, que si lo de los mensajitos me parecia un coñazo, que si yo nunca iba a hacer X o Y... Una detrás de otra.
No sé si es bueno o malo que me hayas hecho cambiar, que consigas cada día que me coma mis palabras, sólo se que me encanta; que me encantas.

Idiotaaaaaaa!! =)

Neuronas en huelga. Corazón en paro.

¿A qué sabe el sentimiento, que en la boca nos quedó?
¿A qué sabe esa mirada, que no quisimos cruzar?
Cállate, no digas nada, que es mejor; mejor callar.


Me encantaría poder querer otro final. Lo siento.

La vida a un click.

Sacas el tazón. Pac. Abres el cajón. Clack. Escoges cuchara. Grl. La metes en el tazón. Tin. Echas los cereales PrrPrrPrr. Abres la nevera. Chst. Sacas la leche. Cierras la nevera.Plaf. Abres la leche. Click.Echas la leche.GlucGlucGluc. Degustas tus cereales. GrGrGr....

Si todo fuera tan fácil...
Y todos los sonidos tan inofensivos...



[Recordatorio mental: No vuelvas a pensar mientras haces el desayuno.]


¿Nos multarán al corazón por exceso de velocidad?

Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas.
Se paró el aguacero, ahora somos flotando dos gotas.

'Si tu supieras lo que es ver al sol morirse de ganas, de dar de lleno en la pared de un cuarto sin ventanas...'

El sol puede llegar a cualquier sitio.

Un agujero, una rendija, una sonrisa en medio de la noche, un muñeco de nieve en invierno, una canción bajo la lluvia...

Basta con saber dónde encontrarlo.

Ya no me creo tu verdad.

Corazones en pelotas que juegan a hacerse daño.

Empezaste la partida y ambos quisimos jugar, en eso no hay ninguna duda.

Día tras día ibas haciendo la partida más emocionante y hasta parecía que ambos íbamos a ganar.

Mientras todo iba avanzando, yo me asombaba a cada momento de tu capacidad mental para mantener más de dos y más de tres partidas simultáneas (Y eso que los hombres no saben hacer dos cosas a la vez, como cambia la cosa cuando de coñitos se trata...).

Cuando ya empezaba hasta aburrirme de jugar, decides enseñar tus cartas y obligarme a mi a hacerlo. Tu curiosidad me hizo pensar que si te importaba tanto el maldito juego, quizá hasta tenías algo de interés por mi. Pongo mis cartas sobre la mesa... A ver si ese gesto de valentía... Tal vez...

Una mierda!

¿Te digo lo que hay y huyes? ¿Así sois los tíos, no?

Me queda el consuelo de mi sinceridad, que intúo que no ha sido mutua.

No termina de encajarme del todo la idea de que pretendas hacer daño, ya que mi interior me dice que pocas personas buscan el mal ajeno y por lo poco que me creo de ti, supongo que tú no eres de esos...

Pero, ¿Sabes qué? Ya me da igual.

Daño no hay en absoluto, no me ha dado tiempo. Las ganas, me las trago, gracias.

Creo que voy a empezar las partidas que me de la gana y las reglas las empezaré a poner yo, que cualquier cosa que venga del género masculino empieza a olerme a poco sano.

Uno más. :)