jueves, 3 de julio de 2008

Cuando se apague el último rayo de sol...

Sólo cuando el más remoto rincón del mundo quede totalmente a oscuras y tenga la certeza total de que ninguna luz se encenderá, volveré a llorar por alguien.

Sólo cuando tenga las cartas en mi mano y sepa que por muy bien que las juegue, perderé, lloraré.

Sólo cuando no haya más esperanzas, cuando hayan desaparecido... Únicamente en ese momento me daré permiso para llorar libremente.

No hay comentarios: