lunes, 24 de marzo de 2008

Miedo...


Siempre lo mismo.

Semanas sin verte, días y días esperándote, horas pensando en tí, minutos buscándote...

Y cuando consigo estar contigo, escucharte, abrazarte, fingir amistad...

¿Qué hago después?

¿Vuelvo a lo mismo hasta que te dignes a aparecer?

Más de una vez me he preguntado si para tí estos momentos serán especiales o no, si los detalles que a mí me hacen ilusionarme y sentir, para tí serán algo...

Pero es que (joder) si no son nada ¿por qué me tienes que mirar así?

¿Por qué tienes que hacer esos gestos que hacen que me sienta tan especial?

Sólo sé que cada día que pasó contigo, tengo más miedo de que todo se esfume... Que con lo poco que tenemos, pase a ser menos...


¿Y entonces, dónde guardo todo lo que me haces sentir?

Me siento estúpida, tengo miedo a decirlo en alto porque soy de las que piensan que puedes desear algo con todas las fuerzas del mundo y no pasará nada, pero si lo expresas, probablemente todo termine acabándose.

Entonces soy doblemente tonta, porque si sé que si no lo digo, no pasará nada, ¿Por qué no lo he dicho ya?

Vale, volvemos a lo mismo, si lo digo en alto, probablemente, todo se irá a la mierda, pero es que si no lo digo, tampoco va a pasar nada...

Con estas reflexiones todo me queda clarísimo, debo arriesgar.

Tus señales son claras, a simple vista, sientes algo por mí... Pero es que te veo y no puedo.

Cuando te veo sé que no soy capaz...

Y tengo miedo, de que todos los momentos que para mí han sido felices, con los que me he ilusionado, se esfumen...


Simplemente me gustaría mirarte a la cara y poder...


Joder, poder decirte...


...Te Quiero



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